El Principito, La pelicula

El director de cine de animación Mark Osborne, conocido por exitosas cintas infantiles como «Kung Fu Panda» o «Bob Esponja, la película», se ha atrevido con la icónica obra del aviador Antoine de Saint Exupery, «El Principito», asumiendo el riesgo de que rodar el relato era «misión imposible».

Desde el principio, Osborne entendió que hacer una película sobre el mundo de Saint Exupery para los niños de hoy en día podía ser un reto muy grande; por ello, explica, se desvivió por encontrar la estructura que le permitiera unir ambos mundos.

Desde que conozco el libro, hace veinte años, la idea de que lo esencial es invisible a los ojos conectó conmigo, y siguió conmigo; así que cuando pensé que iba a hacerla pensé que ese podía ser el eje, el núcleo central que le diera el alma, el sentido, y una razón de ser. Pero tenía que darle a la historia una conexión más grande», señala.

Así, se inventó un hilo conductor, una niña de ocho años que vive inmersa en el mundo práctico de su madre, una ejecutiva que ya tiene planeado, minuto a minuto, los próximos diez años de la vida de su hija.

Un traslado de casa convierte a la niña en vecina de un atípico anciano que mantiene en su jardín los restos de una avioneta y que día a día suministra a su pequeña vecina fragmentos de una historia que él mismo escribió sobre un niño príncipe que vivía en un planeta en el que apenas cabía él mismo.

Para lograrlo, se jugó con dos modos diferentes de animación; una, digital, para representar la vida real de la niña, y otra rodada con animación fotograma a fotograma para su imaginación, una técnica «ideal», según Osborne, porque «genera en el cerebro una sensación que te hace creer que es una fantasía y evoca sensaciones de la infancia», si queréis disfrazaros entrar aquí.