La factura que nos pasan los despistes

Los despistes suelen ser en muchas ocasiones los culpables de muchos de los golpes que se llegan a dar en las ciudades, por culpa de no ir pendientes es posible que nos encontremos con un porrazo en el coche con el que no contábamos, son muchas las cosas que nos pueden distraer y a las que les podemos poner remedio, por ejemplo, son muchas las personas a las que les gusta escuchar música, por eso no pasa nada, el problema viene cuando se mete en el papel de cantante, cuando sube todo el volumen a la radio y al final acaba convirtiéndose en casi el propio cantante, así es donde viene el despiste, en el que en un momento dado no se ve una señal de stop por ir cantando la maldita canción, nadie dice que no sea compatible, pero desde luego dentro siempre de un orden.

Otro de los despistes más comunes con los que nos podemos encontrar y que son causa de un fuerte golpe es el viajar con niños y no explicarles que mientras mamá y papa conducen, no se les puede molestar, eso o tener la imprudencia de ir dándoles la merienda, y girando la cabeza hacia atrás todo el rato, evidentemente eso en lo que puede acabar es en un fuerte golpe hacia otro coche.

Ni que decir tiene que el teléfono móvil es la causa mayor de golpes en nuestro país, ya que la gente todavía no se ha dado cuenta de que hay que hacer uso del mismo con el coche parado, parece que como nunca les ha tocado, van tentando a la suerte para ver que se siente, y claro al final, se acaban encontrando con el disgusto padre, solo por el hecho de haber contestado un WhatsApp.

Como vemos son despistes que sin duda se pueden evitar, cuando uno se pone al volante debe tener claro lo que lleva entre manos y que desde luego no se trata de un juguete, es verdad que si el coche se daña, se abolla, se le rompe un piloto, una puerta, cualquier cosa así es fácil de arreglar, es posible incluso encontrar un sitio como desguacesgerardo.com donde cabe la posibilidad de dejar el coche como nuevo, pero cuando se trata de golpes más serios en los que la gravedad en las heridas es más profunda, es cuando hablamos de palabras mayores, y es cuando nos debemos plantear si de verdad nos merece la pena, despistarnos con cualquier cosa.